Boedo: Las Plazas que no fueron



En cierto momento Boedo estuvo a punto de recibir
los dones del amor que el Intendente Noel tuvo por su ciudad.
El proyecto de un “Buenos Aires verde”
quedó archivado entre siete planos.



Los que habitamos Boedo sabemos que carecemos de plazas, salvo la que algunos vecinos formaron con tenacidad en Independencia y Muñiz, en el predio que ocupara la vieja escuela F. Ameghino. Excepto ese trocito encajonado entre edificios, cuando queremos pisar césped o que nuestros hijos jueguen, debemos trasladarlos a Parque de los Patricios, Parque Chacabuco o Parque Centenario. Estamos resignados, como si fuera una maldición fundacional que le negó pulmones a este retazo tan sobresaliente de la Capital.

Sin embargo, alguna vez alguien pensó en darnos parques y anchas arterias de paseo, Fue en 1924, durante la intendencia de Carlos Noel, época en que se formó la Comisión de Estética Edilicia, movida por lo que hoy denominaríamos: "una preocupación ecológica".Este intendente, llamó al país al urbanista y paisajista francés J. C. N. Forestier quien estudió la Ciudad, el clima, plantaciones, zonas libres y costumbres, proyectando reformas para distintos parques de Buenos Aires, como así la creación de nuevas plazas, coincidiendo con las anteriores propuestas de la Comisión de Estética Edilicia.

Una diferencia de criterios consistió en que esta última privilegió la idea de dotar de nuevos espacios verdes a la ciudad por sobre los ya existentes. Ella había respondido al llamado de distintas Asociaciones de Fomento, encontrando justificadas las demandas vecinales para crearlos asegurándole a la ciudad las necesarias condiciones higiénicas y de esparcimiento.Para cumplimentar el proyecto debían expropiarse en la capital 924 hectáreas: así, de tener un 6% de espacios verdes se hubiese pasado a un 13%, guarismo aceptable al compararlo con los porcentajes de Viena (25%), Londres (20%) y París (12%). El urbanista francés estimaba que había que estirarse como mínimo a un 14%, ya que se calculaba en aquel entonces que a cada habitante le era necesario 7 m2. de espacios libres.Las consideraciones que al respecto hizo la Comisión, al leerlas en el decurso del tiempo, tienen un velo de "comicidad": Buenos Aires superó cualquier estimación. Se avenían a ese 14% considerándolo más que suficiente ya que:

I- A causa de un proyecto según el cual se establecía la altura y volumen de la edificación así como la proporción de patios interiores, se evitaría en el futuro la densidad excesiva de edificación "que tanto perjudica la salubridad de las grandes urbes modernas, conjurando el peligro de la inevitable congestión". Los funcionarios no pudieron anticipar grandes moles con departamentos de 30 m2., sin patio y con ínfima ventilación.

II- "Entendemos que la condición particular de ser nuestra Capital una ciudad portuaria que goza del inmenso beneficio de la vecindad del Estuario del Río de la Plata, viene a determinar sus ventajas sobre las grandes metrópolis mediterráneas antes citadas". Tampoco previeron que el río dejaría de bañar gran parte de la ciudad de Buenos Aires.

IlI- "Buenos Aires en su zona de extensión no tiene la densidad de población que acusan aquellas mismas capitales europeas"... "Nunca podrá llegar a una congestión que exija aquella proporción de espacios libres". Hoy es la quinta ciudad del mundo.

IV- Se recomendaba la adquisición de la mayor cantidad de "Reservas de terreno", para asegurar el futuro desenvolvimiento de la Capital.Consideraban que la tierra iría valorizándose, imposibilitando así su compra futura. Tomaban como ejemplo la zona del bañado de Flores en el que se haría un parque-bosque de 660 hectáreas, de las que debían comprarse 330, las cuales en ese momento se conseguían a precio ínfimo ya que en su mayor parte eran inundables. Pero que en pocos años las obras de del Riachuelo harían desaparecer las inundaciones. esas tierras que serían Ocupadas por fábricas nuevas o desalojadas de las zonas centrales adquirirían gran valor.


En aquél momento se privilegió la compra de terrenos para oxigenar la ciudad con muchos "pulmones", y no para edificar.

Pero la cuestión no terminaba en las plazas y jardines. Dado que Buenos Aires había nacido con el molde de las ciudades españolas, tenia como centro la Plaza mayor (Plaza de Mayo), pero a medida que la ciudad se desarrolló los nuevos núcleos urbanos se alejaron y diferenciaron del antiguo centro neurálgico. Por eso se proponía la construcción de grandes arterias diagonales, que abriéndose en forma de abanico hacia la periferia, unieran plazas, edificios públicos, centros comerciales, acelerando la comunicación; pero que principalmente, por su trazado y recorrido irregular, pondrían una nota de pintoresquismo ya que serían avenidas-paseos de mayor anchura, arboladas, con un arreglo particular que las convertiría en verdaderos centros de esparcimiento.



EL PROYECTO EN BOEDO

Ahora bien, en conocimiento de esta propuesta de reforma veamos en el plano, como hubiera quedado modificado nuestro barrio:

1- Un hermoso parque de 4 manzanas entre Humberto Primo, Virrey Liniers, Cochabamba 24 de Noviembre, llenaría nuestra atmósfera de oxígeno.Sabemos que eran tierras a expropiar. Esos terrenos estaban a unos 100 m. de los Talleres Vasena, hoy Plaza Martín Fierro.

2- Una diagonal-jardín, de 500 mts., prolongación de Oruro, nos llevaría desde Carlos Calvo y Rioja hasta Independencia y Boedo, donde hay otra plaza. Observando el pie del plano vemos una avenida arbolada sobre Jujuy que viene de Plaza Once, se dirige por Chiclana hasta Garay y Deán Funes; luego, por la calle Oruro y su prolongación llega hasta Independencia y Boedo, conformando un circuito de avenidas-paseos.

3- Una plaza pequeña queda delimitada por EEUU., Maza, Independencia y Boedo. En honor a la verdad, debemos reconocer que aunque se repite una y otra vez en los planos, no hallamos definida su situación en las nóminas de las obras a realizar.

4- Tan cerca nuestro, que apenas despega del mapa actual de Boedo, otro magnífico parque: Asamblea, Av. La Plata, Tejedor y Doblas (aunque la previsión del proyecto la llevaba hasta Viel, también en terrenos a expropiar). Quedaba enmarcada por 2 bellas diagonales.

5- Una, de Asamblea, Av. La Plata y Directorio. Obsérvese que tenía su origen en Asamblea, lo que tornaba fluída la comunicación entre Caballito y Parque Chacabuco. En su prolongación con la siguiente diagonal establecían una conexión forestada entre Parque Chacabuco y Parque de los Patricios.

6- Otra, que atravesaba el corazón de nuestro barrio, desde San Juan y Av. La Plata hasta Liniers y Caseros, desembocando en el Parque de los Patricios, acortando las distancias entre las zonas SUR-ESTE y NOR-OESTE de la Ciudad. Esta tendría una longitud de 1850 mts.

7- Por último una pequeña diagonal de 150 mts. desde Loria y Brasil a Chiclana y Liniers, que tenía por función unir Chiclana con Brasil

Debe destacarse el valor estratégico de esta pequeña modificación.

Estos proyectos compartidos entre la Comisión de Estética Edilicia y el arquitecto Forestier se basaban esencialmente en el mejoramiento de la habitabilidad de la urbe porteña. Un ejemplo claro de esta intención era que se consideraba necesario una distancia de no más de 250 m. (o sea 5 minutos de caminata de un anciano con niños) entre un jardín de juegos y otro; igualmente una separación no mayor de 500 m. (10 minutos de caminata) entre plazas.

La realidad nos mostró que este proyecto no germinó, y Boedo se quedó solamente con el verde de las copas de los árboles



© Peña de Historia del Sur. Ana di Cesare, Gerónimo Rombolá, Beatriz Clavenna

Versión para Internet del artículo Publicado en septiembre de 1994

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