Corridas de Toros

8 de marzo de 2008
En nuestra ciudad hubo corridas de toros, desde la fundación. Durante mucho tiempo se realizaron en un ángulo de la actual Plaza de Mayo, frente al cabildo, para celebrar algún acontecimiento relativo a la corona. Se armaba una construcción precaria que aparejaba contratiempos, por lo que se pensó en dotar a la ciudad de un lugar permanente.

Así en 1791 comenzó a funcionar en el “Hueco de Montserrat” la plaza con capacidad para 2000 espectadores. Estaba emplazada al sur del actual edificio de Obras Públicas, próxima a la célebre calle del pecado.

A los pocos años, los vecinos dirigieron un memorial al virrey. La vida, con la plaza, se les había vuelto insoportable, la zona era una refugio de mal vivientes; reiteradamente los toros bravos, traídos desde Chascomús, se fugaban, poniendo en peligro a la población. Y por último, los animales muertos en las corridas, permanecían abandonados en los alrededores de la plaza, envenenando el aire.

Tan contundentes fueron los argumentos, que en 1779, se ordenó la demolición. Las corridas continuaron (en el barrio de Retiro y en Barracas), hasta que una ley de Martín Rodríguez, en 1822, puso fin definitivamente a una práctica tan cruel.



© Ana María di Cesare
© Galaxia Porteña

Resumen de artículo, Revista Galaxia Porteña, Año 2, Nro 17, Septiembre de 2006

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